¡ Oh Gloriosos mártires y santos Crispín y Crispiniano ¡, que para ganarse la vida, al llegar a predicar la verdad de Cristo, se dedicaron a la noble labor de zapateros, y no contentos con ayudar a los pobres también los consolaban de sus congolas espirituales. Me confío a su intercesión para lograr favores y gracias de parte de Dios, ayúndenme para santificar mi trabajo, mi hogar y con ello toda mi vida. Imploro su protección para que no falte en mi casa lo necesario y pueda alabar a Dios con todo lo que soy. Que la sangre que derramaron por ser fieles al Evangelio de Jesucristo, sea para mi ejemplo de entrega y sacrificio. Amén
San Crispín y San Crispinianos son los santos patronos de los zapateros, fabricantes de sillas de montar y curtidores. Su fiesta es el 25 de Octubre.
Cuenta la historia que fueron hermanos posiblemente romanos de descendencia distinguida. Fueron misioneros de la Fe Cristiana a la Gaul (Conocida hoy como Francia) y eligieron la ciudad de Soissons para dicha labor. Trabajaron con sus propias manos haciendo zapatos y ganaron bastante por su comercio para apoyarse a si mismos y también ayudar a los pobres. Durante la persecución romana, fueron llevados ante el emperador Maximiano Hercúleo. Al principio Maximiano busco persuadirlos de su fe haciéndoles la promesa y amenazas. Pero ellos replicaron : “Tus amenazas no nos aterrorizan porque Cristo es nuestra vida y la muerte nuestro galardón. Tu rango y posesiones son nada para nosotros, porque tenemos mucho antes esto sacrificado al gusto por la causa de Cristo y el recocido de lo que hicimos. Si pudieras reconocer y amar a Cristo tu darías no solo todos los tesoros de esta vida, sino aún la gloria de tu corona misma para que a través del ejercicio de la compasión puedas ganar vida eterna.” Cuando Maximiano vio que sus esfuerzos no eran de provecho, el entregó a Crispín y Crispiniano en los manos del gobernador Rictiovaro, un cruel perseguidor de los Cristianos. Bajo la orden de Rictiovaro, ellos fueron estirados en el potro, sus lenguas fueron cortadas y punzones fueron clavados bajo las uñas de sus dedos. Una pueda de molino fue entonces asegurada sobre el cuello de cada uno; y fueron arrojados al rio Aisne, pero fueron capaces de nadar al banco opuesto del rio. En la misma forma, ellos no sufrieron daño de un gran fuego en el cual Rictiovaro en desesperación busco su misma muerte. Tiempo después los dos santos fueron decapitados al mando de Maximiliano el 25 de Octubre del año 285 o 286 después de J.C. Así es como esos mártires de la Iglesia se convirtieron en los santos patronos de los zapateros, fabricantes de sillas de montar y curtidores.
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